Volver a Armadura del Reloj Cósmico – Psicología para el hombre y la mujer de acuario

♦ Reloj Cósmico

► diagramas y cálculos

 

Los cuatro cuadrantes del entero

El desciende entonces a la Materia y es revestida de túnicas de pieles[3] –término alegórico utilizado en el libro del Génesis y que significa los –, los cuatro cuerpos inferiores , frecuencias para la realización de los cuatro aspectos del círculo, los cuatro cuadrantes del entero (figura 4). Los cuatro cuerpos inferiores que rodean al alma nos permiten experimentar con la del fuego en el primer cuadrante del círculo, el plano de la memoria, cuya frecuencia es el blanco; con la alquimia del aire en el segundo cuadrante del círculo, el plano de la mente, cuya frecuencia es el amarillo; con la alquimia del agua en el tercer cuadrante del círculo, el plano de los sentimientos, cuya frecuencia es el rosa; y finalmente con la alquimia de la tierra, el plano del cuerpo físico, cuya frecuencia es el azul.

 

 

De esta manera es como venimos, con una estela de nubes de gloria.

Los seres de las primeras razas raíz que nos precedieron en el descenso a la forma física no asumieron la densidad que ahora nos cubre porque su conciencia nunca entró en la zona de relatividad, del velo de energía llamado el mal, [*] creado por el hombre por su , debido al mal uso del . Y así las almas gemelas que descendieron de las llamas gemelas de la en las primeras razas raíz ascendieron nuevamente a ese núcleo de fuego sin haber llegado a crear nunca lo que describiremos a continuación y que se conoce como el .

El cinturón electrónico es un círculo de energía que está por debajo del corazón, una espiral negativa de todo el mal uso del fuego sagrado que haya derivado de su ser, conciencia y mundo, de sus s, de sus cuatro cuerpos inferiores durante su estadía en los planos de la Materia. Cuando trazamos este del tal como nos lo dio la tenemos la oportunidad de ver cada día cuáles van a ser las iniciaciones del fuego sagrado: cómo haremos frente, desafiaremos, conquistaremos y transmutaremos la causa y el núcleo de toda forma de energía mal calificada que hayamos depositado en la como velo de energía, como ilusión, como quimera, como algo que parece ser pero no es.

Mientras sigamos saliéndonos del centro de la unidad sembrando semillas de karma no tendremos estas confrontaciones cotidianas de iniciación. Pero cuando, en algún punto del curso de ese de sol procedente del , resolvamos dar media vuelta y regresar al núcleo de fuego de la Presencia YO SOY, entonces encontraremos, esparcidos a lo largo del camino recorrido durante decenas y cientos de miles de años, todo lo sembrado, todo aquello que hemos dejado caer con descuido: vanas palabras, crueldades, pecados de omisión y comisión, imprudencias, rivalidades; no sólo lo que hemos hecho individual sino también colectivamente como parte de la oleada de vida (o grupo de almas) con la que encarnamos.

De tal manera que apartarse de Dios es como ir cuesta abajo. Apartarse es fácil. Descuidar la forma en que tratamos a la vida es fácil. Pero el regreso es ir cuesta arriba todo el tiempo, tropezando con los baches, las piedras y las montañas de nuestro karma. Tomamos la montaña del karma, tal como los maestros nos han dicho, y mediante la alquimia del reloj cósmico alcanzada gracias a la ferviente aplicación de los fuegos del , creamos la pirámide de la vida. Esta gran pirámide de la vida es la espiral ascendente de nuestra identidad.

 

El reloj cósmico está marcado siguiendo doce ciclos. Pasar del entero a las dos mitades, a los cuartos y a las doce divisiones es sólo un paso más en la subdivisión de la individualización de la llama de Dios. Significa que las frecuencias se van articulando, se van definiendo. Y las s solares están sosteniendo el punto cardinal para la emisión de la energía cósmica desde el núcleo de fuego de . Vemos así que nuestro reloj cósmico dividido en cuatro partes pasa a estar dividido en doce, y que cada uno de los cuadrantes se convierte en una (figura 5). Esta llama trina es la misma llama que arde dentro de nuestro corazón.

 

 

Este diagrama nos muestra que en cada lado de la pirámide –en cada uno de los cuatro cuerpos inferiores– debemos equilibrar la llama trina, debemos equilibrar la expresión de la llama trina. La llama trina es lo que es dependiendo de cómo la alteremos. Debido al velo de energía, o a lo que llamamos efluvios, alojados en cada uno de los cuatro cuerpos inferiores, la llama trina no siempre resplandece con el mismo equilibrio en la memoria, la mente, los sentimientos o el .

Todos tenemos nuestros puntos fuertes. Algunos somos fuertes mentalmente. Otros tienen un muy fuerte (el cuerpo de fuego, el diseño de fuego original). Otros más son de corazón y sentimientos fuertes y otros gozan de una salud y un flujo de energía en la forma física óptimos. Los cuatro cuerpos inferiores deben ser perfeccionados como vehículos del fuego sagrado, de la llama trina del corazón. Los impedimentos que obstaculizan el flujo del fuego sagrado en estos cuerpos inferiores obstaculizan también el flujo de la luz en los chakras. Por eso el reloj cósmico constituye un medio para diagramar la maestría de los chakras y la transmutación del karma, así como las iniciaciones de cada día.

 

[3] Génesis 3:21.

[*] “Velo de energía”: energy veil = evil = “mal”

 

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Dios es un Espíritu y el alma es el potencial vivo de Dios. La petición de libre albedrío que el alma hizo  y su consiguiente separación de Dios tuvieron como consecuencia el descenso de este potencial al estado carnal inferior. Sembrada en deshonor, el alma está destinada a elevarse con honores a la plenitud de ese estado divino que es el Espíritu único de toda Vida. El alma puede perderse; el Espíritu no puede morir.

     El alma permanece como un potencial que ha caído a niveles más bajos de vibración y de conciencia, y debe ser imbuida de la realidad del Espíritu, purificada por medio de la oración y la súplica y devuelta a la gloria de la cual descendió y a la unidad del Todo. Esta reunión del alma con el Espíritu es el matrimonio alquímico, que determina el destino del ser y lo convierte en uno con la Verdad inmortal. Cumplido este ritual, el Ser superior se corona Señor de la Vida y se descubre que el potencial de Dios realizado en el hombre es el Todo-en-todo.

Cuatro capas de cuatro distintas frecuencias que rodean al alma (los cuerpos físico, emocional, mental y etérico) y que proveen al alma de vehículos en su viaje por el tiempo y el espacio. La capa etérica, la de más alta vibración, es la entrada para los tres cuerpos superiores: el Ser Crístico, la Presencia YO SOY y el cuerpo causal. Son las túnicas de pieles mencionadas en Génesis 3:21. Véase cuerpo astral, cuerpo de los deseos, cuerpo emocional, cuerpo etérico, cuerpo físico, cuerpo mental, Gráfica de tu Ser Divino, magnetismo animal.
All alchemy”, la química total de Dios, la ciencia de la creación.
           [alchemy (del inglés medio alkamie,  del francés medio alquemie, del latín medieval alchymia o alchimia, del árabe al-kimiya', "la piedra filosofal", de al, "el", + kimiya', del griego tardío chemeia, probable modificación de chymeia, probablemente del griego chyma, "fluido", de chein, "verter".)  1. Ciencia química y filosofía especulativa medievales cuyo fin era alcanzar la transmutación de los metales básicos en oro, el descubrimiento de una cura universal para la enfermedad, el descubrimiento de un medio de prolongar indefinidamente la vida y el gran poder, o mágico poder, de la transmutación; 2. el poder o el proceso de transformar algo común en algo especial; 3. transmutación inexplicable o misteriosa; 4a. arcaico: aleación de color dorado; 4b. obsoleto: trompeta de color dorado.  (Webster's Third New International Dictionary, edición de 1971)]
El fuego de la Kundalini, que se encuentra como una serpiente enroscada en el chakra de la base de la columna (el muladhara), y que con pureza espiritual y automaestría se eleva hacia el chakra de la coronilla, acelerando los centros espirituales o chakras a su paso. Dios, luz, vida, energía, el YO SOY EL QUE YO SOY. “Nuestro Dios es un fuego consumidor” (Hebreos 12:29). El fuego sagrado es la precipitación del Espíritu Santo para el bautismo de las almas, para la purificación, para la alquimia y la transmutación y para alcanzar la ascensión, ritual sagrado mediante el cual el alma retorna al Único.
El YO SOY EL QUE YO SOY (Éxodo 3:13-15), la presencia individualizada de Dios que es el foco de cada alma. La identidad divina del individuo; la Mónada Divina; la Fuente individual; el Padre. El origen del alma que se focaliza en los planos del Espíritu, justo arriba de la forma física; la personificación de la Llama de Dios para el individuo. Véase Gráfica de tu Ser Divino.
cinturon-electronicoEspiral negativa o campo de energía densa producto del mal uso del fuego sagrado que una persona hace en su ser, conciencia, mundo, sus chakras y sus cuatro cuerpos inferiores durante su estadía en los planos de la Materia. Tiene forma de timbal y rodea a los cuatro cuerpos inferiores de la cintura hacia abajo. Véase morador del umbral.
(sánscrito: “rueda, disco, círculo”). Centros de luz anclados a lo largo de la columna vertebral en el cuerpo etérico; gobiernan el flujo de energía hacia los cuatro cuerpos inferiores del hombre y sostienen la frecuencia de los siete rayos en ellos. Son siete y corresponden a los siete rayos: 1. primer rayo, garganta, azul; 2. segundo rayo coronilla, amarillo; 3. tercer rayo, corazón, rosa; 4. cuarto rayo, base de la columna, blanco; 5. quinto rayo, tercer ojo, verde; 6. sexto rayo, plexo solar, púrpura y oro; 7. séptimo rayo, sede del alma, violeta).

Hay cinco chakras menores correspondientes a los cinco rayos secretos y un total de 144 centros de luz en el cuerpo del hombre. Véase Tabla de los chakras , El aura humana II, de Djwal Kul.

Véase también la Armadura de los chakras

Reloj cósmico: la ciencia de graficar los ciclos del karma y las iniciaciones del alma en las doce líneas del reloj bajo las Doce Jerarquías Solares. Enseñada por la Madre María a Mark Prophet y Elizabeth Clare Prophet para que los hijos e hijas de Dios regresen a la Ley del Uno y a su punto de origen más allá de los mundos de la forma y de la causalidad inferior.

(sánscrito: “acto, acción, obra”). El karma es energía/conciencia en acción; la ley de causa y efecto y retribución. Llamada también ley del círculo, que decreta que cualquier cosa que hagamos completará un círculo y regresará a nuestra puerta para resolución. Pablo dijo: “Todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.” Newton observó: “Para toda acción hay una reacción igual y opuesta.” La ley del karma requiere que el alma reencarne hasta que todos los ciclos kármicos se hayan saldado. Así, de una vida a la siguiente el hombre determina su destino por sus acciones, incluyendo sus pensamientos, sentimientos, palabras y obras. Saint Germain enseña el sendero acelerado de la transmutación del karma con la llama violeta del Espíritu Santo y trascendiendo las rondas de renacimiento a través del sendero de la cristeidad individual que conduce a la ascensión demostrada por Jesús.

Gálatas 6:7

Arcangelina del quinto rayo, complemento divino del arcángel Rafael, Reina de los Ángeles y la bendita madre de Jesús. Su nombre significa Rayo de la Madre (inglés: Mother Ray, Ma Ray). Llamada por el Padre para encarnar en la tierra y dar nacimiento al Cristo que habría de salvar a aquellas almas que habían sido descarriadas por los rebeldes luciferinos, María es uno de los miembros de las huestes del SEÑOR que a lo largo de sus encarnaciones en la tierra ha ejemplificado ardientemen­te la Maternidad de Dios… Al concluir su vida de santidad como la Madre de Jesús, y habiendo cumplido su plan divino, María ascendió al corazón del Padre. Hoy presta servicio a la humanidad en la “Iglesia viviente” en niveles internos, muy cerca de las jerarquías de ángeles y maestros ascendidos que conforman la Gran Hermandad Blan­ca. La intercesión de la Madre María es inmediata cuando se da su Rosario de la Nueva Era, que dictó a la Mensajera Elizabeth Clare Prophet en 1972. Véase María, la madre de Jesús.

(latín: mater, “madre”). La polaridad femenina (negativa) de la Divinidad, cuya polaridad masculina (positiva) es el Espíritu. La Materia actúa como un cáliz para el reino de Dios y es el lugar de morada de almas en evolución que se identifican con su Señor, el Santo Ser Crístico. La Materia se distingue de la materia, la sustancia de la tierra, terrena, de los reinos de maya, que bloquea en vez de irradiar la luz divina y el Espíritu del YO SOY EL QUE YO SOY.

La materia es la materialización de la Llama de Dios, el medio por el cual el Espíritu adquiere, “físicamente”, cuádruple dimensión y forma a través de la polaridad femenina, o negativa, de la Divinidad. Los maestros ascendidos usan Mater o Matter indistintamente para describir los planos de la existencia que comprenden y se amoldan al cáliz universal, o matriz, para el descenso de la luz de Dios que se percibe como Madre. A través de este aspecto de sí mismo como Madre es como el Espíritu de Dios, el Padre, desarrolla en sus hijos la conciencia del Cristo, el unigénito de Dios, como percepción de sí mismos en el Cristo en desenvolvimiento a través de la llama trinala chispa divina y sello de autenticidad de los coherederos que serán. El alma que desciende de los planos del Espíritu mora en el tiempo y el espacio en la Materia para su evolución espiritual/física, que requiere automaestría en las energías de Dios con el recto ejercicio del libre albedrío. Los cuatro cuerpos inferiores del hombre, de un planeta o de sistemas de mundos —los cuatro planos, cuadrantes y fuerzas cósmicas— ocupan y constituyen las frecuencias de la Materia. Véase Madre, Espíritu.
Haz de luz o de otra energía radiante. Los rayos son las emanaciones de luz de la Divinidad que, cuando se invocan en el nombre de Dios o en el nombre del Cristo, prorrumpen como una llama en el mundo del individuo. Los rayos pueden ser proyectados por la conciencia divina de seres ascendidos o no ascendidos a través de los chakras y del tercer ojo como una concentración de energía que asume numerosas cualidades divinas, como amor, verdad, sabiduría, curación, etc. Haciendo mal uso de la energía de Dios, los practicantes de magia negra proyectan rayos que tienen cualidades negativas, tales como rayos mortales, rayos de sueño, rayos hipnóticos, rayos de enfermedad, rayos psicotrónicos, el mal de ojo, etc. Véase Tabla de los ocho rayos .

Un vórtice de energía, física o espiritual, central para los sistemas de mundos, que lanza desde su interior, o que atrae hacia sí con el imán del sol central. Ya sea en el micro­cosmos o en el macrocosmos, el sol central es la principal fuente de energía, el vórtice o el nexo de intercambio de energía en los átomos, las células, el hombre (el chakra del corazón), entre la vida vegetal y el centro de la tierra. El Gran Sol Central, también llamado Gran Eje, es el centro del cosmos; el punto de integración del cosmos del Espíritu-Materia; el punto de origen de toda creación física-espiritual; el núcleo, o núcleo de fuego blanco, del Huevo Cósmico. (Sirio, la Estrella Dios, es el foco del Gran Sol Central en nuestro sector de la galaxia.)

La Tercera Persona de la Trinidad; la omnipresencia de Dios; las lenguas hendidas de fuego que focalizan a Dios Padre-Madre, también llamado el fuego sagrado; las energías de Vida que animan a un cosmos. En la Trinidad hindú de Brahma, Vishnu y Shiva, el Espíritu Santo corresponde a Shiva, conocido como el Destructor-Liberador porque su amor que todo lo consume, cuando se invoca en los planos de la Materia, ata a las fuerzas del mal y transmuta la causa y el efecto de las creaciones erróneas de los hombres, liberándolos de la prisión de su karma y de los seres oscuros que la habitan. El prana es la esencia del Espíritu Santo que ingerimos con el aliento del fuego sagrado a través de los chakras para nutrir a los cuatro cuerpos inferiores. El Espíritu Santo es el foco del equilibrio del Dios Padre-Madre en el núcleo de fuego blanco del ser. El exorcismo de los espíritus malignos y de las entidades impuras se realiza mediante el fuego sagrado del Espíritu Santo, en el nombre del Cristo y del YO SOY EL QUE YO SOY. Los nueve dones del Espíritu Santo son poderes que se otorgan a los siervos del Señor para atar a la muerte y el infierno y realizar Sus obras en la tierra.

La Persona y la Llama del Espíritu Santo es el Consolador que Jesús prometió que vendría cuando nuestro Señor nos dejara –a iluminarnos, a instruirnos y a hacernos recordar todas las cosas que el amado Jesús nos ha enseñado, tanto en la tierra como en el cielo. Cada vez que un hijo o hija de Dios asciende a la Presencia del YO SOY EL QUE YO SOY, el Espíritu Santo desciende para llenar el vacío y magnificar la Presencia del Señor en la tierra. Es éste el ritual del descenso del Espíritu Santo prometido por Jesús a sus discípulos cuando el Maestro dijo: “Permaneced en la ciudad de Jerusalén hasta que seáis dotados del poder de las alturas”, cosa que ocurrió en Pentecostés después del ascenso de Jesús al cielo.

El representante de la llama del Espíritu Santo para las evoluciones de la tierra es el maestro ascendido que ocupa el cargo de Maha Chohán . El Espíritu Santo es la Personalidad Impersonal de la Divinidad y está ubicada en el lado occidental de la Ciudad Cuadrangular. Véase Gráfica de tu Ser Divino.

1 Corintios 12:4-11; Juan 14:16, 26; 16:7; Lucas 24:49, 51; Marcos 16-19; Hechos 2:1-4

cósmica. La cadena universal de seres libres en Dios individualizados que cumplen con los atributos y los aspectos de la infinita Individualidad de Dios. Dentro del esquema de la jerarquía cósmica están los Logos Solares, los Elohim, los Hijos e Hijas de Dios, maestros ascendidos y maestros no ascendidos con sus círculos de chelas, seres cósmicos, las doce jerarquías solares, arcángeles y ángeles del fuego sagrado, hijos de la luz, espíritus de la naturaleza (los elementales) y llamas gemelas de la polaridad de Alfa y Omega que patrocinan sistemas planetarios y galácticos.

     Esta orden universal de la propia Auto-Expresión del Padre es el medio por el cual Dios, en el Gran Sol Central, desacelera la Presencia y el poder de Su ser/conciencia universal para que las evoluciones sucesivas en el tiempo y el espacio, de la más pequeña a la más grande, puedan llegar a conocer el milagro de Su amor. El nivel de realización espiritual/física de un individuo –medida por la autopercepción equilibrada, “oculta con el Cristo en Dios”, y que con Su amor demuestra Su Ley en el cosmos del Espíritu y la Materia– es el criterio que establece dónde está colocado el individuo en la escala de la vida llamada jerarquía.

     En el siglo III, Orígenes de Alejandría describió su concepción de una jerarquía de seres que va de los ángeles a los seres humanos, a los demonios y las bestias. El conocido erudito y teólogo de la Iglesia primitiva, que expuso la piedra angular de la doctrina de Cristo, y sobre cuyas obras los subsiguientes padres de la Iglesia, doctores y teólogos edificaron sus tradicio­nes, enseñaba que a las almas se les asignan sus respectivos cargos y deberes con base en acciones y méritos pasados, y que cada una tiene la oportunidad de subir o de bajar de rango. Muchos seres de la jerarquía celestial están nombrados en el libro del Apocalipsis. Aparte de la falsa jerarquía del Anticristo, que incluye a los ángeles expulsados, algunos de los miembros de la Gran Hermandad Blanca enlistados por Jesús son Alfa y Omega, los siete Espíritus, los ángeles de las siete iglesias, los Veinticuatro Ancianos, las cuatro bestias, los santos vestidos de blanco, los Dos Testigos, el Dios de la Tierra, la Mujer vestida del Sol y su Niño-Hombre, el arcángel Miguel y sus ángeles, el Cordero y su esposa, los ciento cuarenta y cuatro mil que llevan el nombre del Padre escrito en la frente, el ángel del Evangelio Eterno, los siete ángeles (esto es, los arcángeles de los siete rayos) parados delante de Dios, el ángel vestido de nube y con un arco iris sobre la frente, los siete truenos, El Fiel y Verdadero y sus ejércitos, y aquel que estaba sentado en el gran trono blanco. Véase Elohim.

La totalidad divina del Dios Padre-Madre, declarada por Cristo el Señor como “el principio y el fin” en el Libro del Apocalipsis. Llamas gemelas ascendidas de la conciencia del Cristo Cósmico que sostienen el equilibrio de la polaridad masculina-femenina de la Deidad en el Gran Sol Central del cosmos. Así, por mediación del Cristo Universal (la Palabra encarnada), el Padre es el origen y la Madre el cumplimiento de los ciclos de la conciencia de Dios expresada a lo largo y ancho de la creación del Espíritu y la Materia.   [Compárese con Purusha y Prakriti en la tradición hindú.] 

Apocalipsis 1:8, 11; 21:6; 22: 13

La llama del Cristo, la chispa de la vida que arde en la cámara secreta del corazón de los hijos e hijas de Dios. La sagrada trinidad de poder, sabiduría y amor que es la manifestación del fuego sagrado. Véase Gráfica de tu Ser Divino.

El más denso de los cuatro cuerpos inferiores del hombre, correspondiente al elemento tierra y al cuarto cuadrante de la Materia. El vehículo para la estancia del alma en la tierra y el foco para la cristalización en la forma de las energías de los cuerpos etérico, mental y emocional.

Uno de los cuatro cuerpos inferiores del hombre, que corresponde al elemento fuego y al primer cuadrante de la Materia. Llamado envoltura del alma, sustenta el arquetipo del plan divino y la imagen de la perfección crística que está llamada a representar en el mundo de la forma. Llamado también cuerpo de la memoria.

     Sanat Kumara anunció el primer día del año de 1985 que la tierra había recibido una nueva capa etérica conteniendo el registro y el arquetipo del plan divino original del planeta. También anunció que la oportunidad de que el mundo restaurara la era deoro nunca había sido mayor.