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♦ OM MANI PADME HUM, “¡Salve a la joya en el loto!”

Avalokitesvara (sánscrito “el señor que ve” o “el señor que escucha los sonidos del mundo” o “el señor que es visto”) es conocido en China como el ser femenino o Kuan Shi Yin y en Japón como Kannon, Kwannon o Kwanzeon. En el budismo Mahayana, Avalokitesvara es el de compasión y misericordia infinitas. Un bodhisattva es literalmente un “ser de sabiduría” destinado a convertirse en un pero que ha renunciado a la dicha del con la promesa de salvar a todo hombre en la Tierra.

Avalokitesvara es una emanación divina del buda dhyani , que encarna la cualidad de la compasión en su sentido más elevado. Es una de las figuras budistas más populares y amadas. Sus atributos y milagros están relatados en muchas escrituras (sutras). A menudo se invoca su asistencia especialmente para la protección contra desastres y calamidades naturales, para resolver problemas familiares y personales y para conceder hijos. El Surangama Sutra registra que Avalokitesvara tiene el poder de aparecerse en treinta y dos formas corporales diferentes, según el tipo de persona a la que esté tratando de salvar, y que tiene el poder de conceder catorce diferentes formas de arrojo o valor.

Sus devotos invocan su poder y su intercesión misericordiosa con el mantra OM MANI PADME HUM (“¡Salve a la joya en el loto!”; o, como se ha interpretado también, “¡Salve a Avalokitesvara (o Kuan Yin), quien es la joya en el corazón del loto del corazón del devoto!”). El culto a Avalokitesvara puede rastrearse hasta el siglo II en China y para el siglo VII estaba completamente establecido en el Tíbet. Los budistas tibetanos creen que encarna en cada Dalai Lama (el gobernante espiritual y temporal del Tíbet; el decimocuarto Dalai Lama se vio obligado a huir de su país luego del levantamiento de los tibetanos contra China en 1959).

A menudo se retrata a Avalokitesvara con mil brazos y variado número de ojos, cabezas y manos, a veces con un ojo en la palma de cada mano. De este modo mira en todas direcciones, percibiendo las aflicciones de la humanidad y esforzándose por aliviarlas. Su consorte es la Blanca Tara, de quien se dice que nació de una lágrima que él derramó por compasión por los sufrimientos de los seres sensibles.

En su dictado de la noche vieja de 1987, buda dijo: “Es una hora en la que pueden extenderse, a través de la Presencia de Avalokitesvara, para la salvación de lo que pueda salvarse.”

 

OM MANI PADME HUM

 

 

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Maestra ascendida, conocida como la Diosa de la Misericordia porque personifica las llamas divinas de la misericordia y de la compasión; guarda la llama de la Madre Divina para el pueblo chino, para toda Asia y el mundo. Como representante del séptimo rayo en el Consejo Kármico, de ella irradian las cualidades de la misericordia, el perdón y la compasión hacia las evoluciones de la tierra, desde su templo etérico que está sobre Pekín, China. Kuan Yin ocupó el cargo de chohán del séptimo rayo durante dos mil años hasta que Saint Germain lo asumió al finalizar el siglo XVIII. En la tradición budista, Kuan Yin es la forma femenina del Avalokitesvara hindú y tibetano, emanación del Buda Amithaba. Se la ha identificado con Tara, la Diosa Blanca del Tíbet. Pudo haber ascendido hace miles de años, mas ha pronunciado los votos de bodhisattva para servir a la tierra hasta que todos los hijos de la Luz sean libres.

(sánscrito: “ser de bodhi o iluminación”). Un ser destinado a la iluminación, o cuya energía y poder están dirigidos a la iluminación. Un bodhisattva está destinado a convertirse en un buda pero ha pospuesto la bendición del nirvana por su voto de salvar a todos los hijos de Dios en la Tierra. Un maestro ascendido o un maestro no ascendido pueden ser bodhisattvas. En la escuela del budismo Mahayana, convertirse en bodhisattva es la meta del sendero de iniciación.

     El sendero del bodhisattva se divide generalmente en diez etapas, llamadas bhumis. El bodhisattva se esfuerza para progresar de una etapa a la siguiente hasta que obtiene la iluminación.

(sánscrito: budh, “despertar”, “saber”, “percibir”). Significa “el iluminado”. Denota una función en la jerarquía espiritual de mundos que se alcanza al pasar ciertas iniciaciones del fuego sagrado, entre ellas las de los siete rayos del Espíritu Santo y las de los cinco rayos secretos, la de la elevación del rayo femenino (el fuego sagrado de la Kundalini) y la de la “maestría del siete en los siete multiplicado por diez”.

Gautama alcanzó la iluminación búdica hace 25 siglos, sendero que había proseguido durante múltiples encarnaciones anteriores y que culminó en su meditación de 49 días bajo el árbol bo; de ahí que se le llame Gautama el Buda. Ocupa el cargo de Señor del Mundo, sosteniendo, con su cuerpo causal y su llama trina, la chispa divina y la conciencia de las evoluciones de la tierra que se acercan al sendero de la cristeidad personal. Su aura de amor y sabiduría que cubre al planeta surge de su devoción incomparable a la Madre Divina. Es el jerarca de Shamballa, el retiro original de Sanat Kumara, que ahora está en el plano etérico sobre el desierto del Gobi. El 18 de abril de 1981, el amado Gautama Buda estableció su Shamballa Occidental en el Retiro Interno del Royal Teton Ranch, sobre las tierras vírgenes de América, en los confines septentrionales del parque nacional Yellowstone. Véase Señor del Mundo, Shamballa.

El Señor Maitreya, el Cristo Cósmico, también ha pasado las iniciaciones búdicas. Es el tan esperado Buda Venidero, que ha salido a la luz para enseñar a todos los que se han alejado del camino de Gran Guru Sanat Kumara, de cuyo linaje descienden tanto él como Gautama. En la historia del planeta han existido numerosos budas que han auxiliado a las evoluciones de la humanidad en los pasos y etapas del sendero del bodhisattva. En Oriente se conoce a Jesús como el buda Issa, el Salvador del Mundo por amor y sabiduría de la Divinidad. Véase bodhisattva, Señor Maitreya.

En los años sesenta, nueve corrientes de vida no ascendidas que habían pasado las iniciaciones búdicas se ofrecieron a encarnar para asistir a las evoluciones de la Tierra durante su difícil y peligrosa transición a la era de Acuario. Su servicio mundial será reconocido cuando hayan alcanzado la edad del ejemplo búdico y crístico, de los 33 a los 36 años. El 1 de enero de 1983 Gautama Buda anunció que nueve budas que habían permanecido en el nirvana durante novecientos años estaban descendiendo por el haz de luz para entrar en el corazón de nueve individuos en este planeta y, a través de su presencia electrónica, en el campo de fuerza de miles de corazones dedicados. Gautama también otorgó la dispensación de que a partir de ese momento toda oración, mantra o cántico de los devotos del Cristo y del Buda se multiplicaría por el poder del corazón de Gautama y de los nueve budas.

A fines de 1966 la Diosa de la Pureza dijo que “de la gran llama de pureza cósmica, hace dos años nacieron en la tierra nueve niños, budas del corazón del Padre… La intención era que por el poder del tres veces tres estos niños santos traerían a la humanidad la gran conciencia de la pureza divina que sostiene nuestro amado Señor Gautama. Hoy vengo a vosotros con un mensaje que debería hacer despertar vuestro corazón a la necesidad de más decretos. Desde el nacimiento de estos niños santos uno de ellos salió la pantalla de la vida porque su entorno era tan impuro y carente de la llama de la pureza que no era apropiado para que surgiera la luz de ese corazón, que murió como una flor cortada de su tallo. Y, así, ocho de estos niños santos permanecen en el cuerpo planetario.” El noveno buda volvió a nacer subsecuentemente en Madrás, India.

[La meta de la vida según las filosofías hindú y budista: el estado de liberación de la rueda de renacimientos mediante la extinción de los deseos.]

Uno de los Cinco Budas Dhyani . En la teología budista se describe en ocasiones a Kuan Yin como capitán de la “Barca de Salvación”, que guía a las almas al Paraíso Occidental de Amitabha, Shukavati, o el País Puro, el país de la bienaventuranza donde las almas pueden renacer con objeto de recibir instrucción continua  para alcanzar la meta de la iluminación y la perfección. El viaje hacia el País Puro suele representarse en grabados sobre madera mostrando barcas llenas de seguidores de Amitabha capitaneadas por Kuan Yin.
     Se dice que Amitabha, una figura amada a los ojos de los budistas que desean renacer en su Paraíso Occidental y obtener la liberación de la rueda del renacimiento, es, en un sentido místico o espiritual, el padre de Kuan Yin. Leyendas de la escuela de budismo Mahayana cuentan que Avalokitesvara, la representación masculina de Kuan Yin, nació de un rayo de luz blanca emitido por Amitabha desde su ojo derecho mientras se encontraba en éxtasis.
     Así que este último es considerado un “reflejo” de Amitabha, una emanación más o encarnación de maha karuna (gran compasión), que Amitabha personifica en el más alto sentido. Muchas figuras de Kuan Yin pueden ser identificadas por la presencia de una imagen pequeña de Amitabha en la coronilla.
Véase Buda.